Ocurrió el suceso, desde la entrada de los jóvenes al recinto hasta el traslado a la carrera de las víctimas.
En los vídeos se aprecia cómo no existe asalto alguno al recinto, que nadie del botellón corrió a colarse y que la acción de la Policía Municipal fue la correcta en orden público: todo el caos se desencadenó una vez dentro del perímetro del espacio multiusos. Hasta el punto de que son dos empleados de Kontrol 34, los porteros contratados por Flores, quienes cierran la entrada principal al pabellón y abren la de carga. Por ahí acceden, sin carreras, directamente a la pista y sin entradas.