En apenas segundos, el hombre le realiza una cola de caballo a la pequeña sólo valiéndose del artefacto de limpieza.
Con un poco de creatividad, cualquier tarea puede resultar más amena. Incluso, el ingenio puede salvarnos de pasar una jornada incómoda si se nos descose el dobladillo de la falda o el puño del saco: una engrampadora puede solucionarnos el pormenor hasta que lleguemos a casa.