En el mundo de las adicciones, hay tanta variedad que a veces asusta. Podríamos decir que hay para todos los gustos.
Existen síntomas claros para esta obsesión, entre los que encontramos comprar por horas, o hacerlo compulsivamente sin pensar.
También generalmente la gente que es compradora compulsiva gasta todo el dinero, aún más de lo que tiene, y de manera regular, es decir, con cierta frecuencia.
Así como muchos deportistas gastan su energía en el ejercicio, quienes sufren de este desorden lo hacen para ir de compras, y su vida gira en torno a la próxima salida en busca de algo para adquirir, o el próximo producto. Como lo hacen muchos compulsivos, los compradores casi nunca mencionan en su círculo de íntimos sus últimas adquisiciones. Incluso, mantienen en secreto sus compras, tal vez sabiendo que, para los ojos de los demás, no es correcto.
Pero la compulsión a comprar ya no se limita solamente a los centros comerciales, sino que los adictos a las compras también pasan mucho tiempo ordenando por teléfono lo que se vende por televisión, y también frente a la computadora, comprando on-line.
Estudios han demostrado que el perfil de estos compradores compulsivos poseen sentimientos de soledad y son vulnerables a la constante publicidad y anuncios por los medios.
También suelen presentar ansiedad ante la posibilidad de perder una compra, y ni hablar del sentimiento de culpa luego de haber comprado de esa manera.
Quienes son afectos a gastar y gastar suelen sufrir la falta de confianza y ser depresivos. Al igual que otras adicciones, ir de compras es una manera de sentir el control sobre sus vidas, pero con drásticas consecuencias, como el endeudamiento, la quiebra económica, discusiones de pareja, la culpa, la pérdida del trabajo y la diversión, comenzar a robar, cambios en los hábitos de sueño y alimentarios, para nombrar algunos.Ver más>>