La modelo y actriz estadounidense rejuvenece su piel a través de un baño con su propia sangre que evita la cirugía plástica.
Como resultado final, Kim quedó como si hubiese estado en una película de terror o un accidente automovilístico, con manchas de sangre por toda la cara y bolsas de hielo para recuperarse. Kim Kardashian recibió un tratamiento facial "de sangre" en el episodio del domingo de su reality show Keeping up with the Kardashians. "Amo intentar cualquier cosa que te hace ver y sentir joven", dijo tras someterse al doloroso tratamiento de belleza.

 El médico le sacó sangre del brazo y separó las plaquetas del resto. Luego le frotó la cara con su sangre y le pinchó con un montón de agujas pequeñas en la piel, dejando que entraran las plaquetas para realizar las mejoras. La técnica es una versión actualizada del llamado "tratamieto facial de los vampiros", que consistía en inyectar sangre en el rostro para rejuvenecerlo.