El hombre, de 46 años, expresó que su vida era difícil y precaria, ya que hasta vivía arrimado y dormía en una habitación en la casa de un amigo en el sector Alma Rosa II, en Santo Domingo Este. Según explicó, tiene dos años sin un trabajo fijo y comentó que laboraba en una “fábrica de medias”, “media hora aquí y media hora allá”. Su testimonio fue expresado en medio de risas.
De los Santos aseguró que ese dinero se lo regaló Dios y que con él ayudará a su familia, amigos y que hará obras de caridad.